Durante un fin de semana emotivo y muy divertido hemos dicho hasta pronto a dos compañeros de aventura. Cristina y Rubén como mentores han dejado su maravillosa impronta en Serendipia, en nuestro hogar. Con ambos hemos aprendido muchísimas cosas.
Cristina nos ha enseñado que no hay fronteras que no se puedan cruzar y que las limitaciones están en nuestra cabeza, que tus problemas son menores cuando te pones en la piel de otra persona y que en muchas ocasiones los demás empiezan a darse cuenta de que tienen alas cuando te ven volar.
Rubén nos ha regalado un tiempo precioso de su vida. Tiene el don de inspirar y enseñar desde lo sencillo y lo cotidiano. Su presencia siempre ha dibujado sonrisas en nuestros rostros. Nos quedamos con su humor, su cariño y su compromiso.
Con estas palabras se han despedido de Serendipia:
El proyecto Serendipia, ha sido una experiencia inolvidable para mí. El año vivido en la casa ha pasado muy rápido, pero hemos vivido grandes momentos todos juntos. Lo que destacaría es que todos los miembros del hogar aprendemos unos de otros y nos vamos haciendo poco a poco más grandes como personas. El ambiente que se desprende en la casa es inexplicable con palabras. Desde estas líneas me gustaría animar a toda aquella persona que quiera ser mentor que se anime y si tiene la oportunidad de serlo, verá como Serendipia cambia su vida. Muchas gracias a todas las personas que hacen posible un proyecto inclusivo como este.
Rubén López
Serendipia ha sido un espacio de amor y aprendizaje que permite crecer a las personas que forman parte de ella, les permite equivocarse y les anima a solucionarlo por sí mismas. En definitiva, un espacio de entrenamiento para convivir con uno mismo y con sus propios miedos.
Cristina Ros
Ambos ya formáis parte de nuestra constelación El Cisne, como Sadr (Rubén) y Rukh (Cristina), la cual simboliza las maravillas, la bondad y la dedicación que existen en la verdadera amistad.